La innovación en dispositivos electrónicos sigue avanzando a pasos agigantados. Sus ventajas y facilidades permiten ampliar la utilización de estos aparatos hacia todo tipo de ámbitos, incluyendo los educativos. De este modo, son cada vez más los docentes y alumnos que hacen uso de tabletas con versiones digitales de libros o textos publicados en la Web o en otros formatos electrónicos.
El creciente uso de estos dispositivos facilitó a los usuarios la lectura en pantalla de noticias y revistas, e incluso libros y novelas. Por ello, no es sorprendente que se pretenda instalarlos como herramientas de trabajo en los colegios. Una de sus principales ventajas consiste en que tan sólo una tableta logra almacenar más de 2.000 títulos, cifra que irá en aumento con la mejora de la tecnología disponible.
A diferencia de un E-reader, las funcionalidades de las tablets electrónicas no se limitan exclusivamente a la lectura. También permiten la visualización de videos y el acceso al email, entre otras acciones. Los formatos y actualizaciones son más fáciles de incorporar a este tipo de dispositivos, que permiten buscar la aplicación oportuna para leer cualquier libro, o localizar un conversor de formatos.
La disponibilidad inmediata de comprar, descargar y leer, así como la posibilidad de acceder a títulos imposibles de encontrar en el mundo papel son otras de las beneficiosas características que ofrecen. Estas iniciativas digitales han despertado una polémica con respecto a la vigencia de los libros impresos: el gran dilema es si en el futuro la innovación electrónica logrará destronar el papel o si ambos podrán coexistir sin problemas.
